En la nueva era minorista, el tiempo que los
consumidores dedican a las jornadas de compras se segmenta y está expuesto a
varios puntos de contacto con información, lo que hace que las compañías
exploren nuevos abordajes para capturar su atención lejos de la competencia en
las góndolas.
Adicionalmente, la mayor conciencia de los
consumidores sobre sus propias preferencias de compra permite a las marcas y a
los minoristas evolucionar de enfoques "centrados en la marca y el
producto", a estrategias “centradas en el consumidor”, atrayendo la
atención de los consumidores e influyendo en su percepción.
Sin embargo, en la actualidad no es fácil
poner en práctica las ideas "centradas en el consumidor". La mayoría
de las marcas y de los minoristas no comprende a los usuarios finales ni a sus
clientes directos, que siguen siendo distribuidores, mayoristas y minoristas. Para
implementar estrategias centradas en el consumidor, las empresas deben crear
relaciones nucleares únicas con ellos y construir vínculos fuertes con los
valores de esos usuarios finales.
Hoy en día, el enfoque y la atención de los
consumidores han girado gradualmente del precio, el gusto y la comodidad, a la
historia de las marcas, su responsabilidad social y su propuesta de valor,
incluida la seguridad del producto, su salubridad, su impacto social y una
experiencia de compra relevante. Todo esto se concluye en el estudio: “Futuro del consumidor” de Deloitte.
Para desarrollar estrategias "centradas
en el consumidor", las empresas necesitan conocerlos profunda e
integralmente, incluyendo su demografía, condición social, preferencias y
comportamientos, así como factores psicológicos subyacentes.
Adicionalmente, las marcas deben observar las
cambiantes necesidades de los consumidores para tomar medidas relevantes en
tiempo real y responder rápidamente con estrategias
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