Las personas que padecen
ciertas enfermedades cardíacas tendrían mayor probabilidad de obtener peores
resultados en la COVID-19, aunque todavía se desconoce la razón. Las nuevas
investigaciones de Mayo Clinic muestran que en los pacientes que padecen un tipo
específico de cardiopatía, la miocardiopatía hipertrófica (HCM, por sus siglas
en inglés) obstructiva, el corazón aumenta la producción de la transcripción de
ECA2 ARN y de la proteína traducida ECA2.
En condiciones normales,
la reacción patológica a nivel celular podría ser el intento del corazón de
compensar los cambios provocados por la enfermedad; pero desgraciadamente, el
SARS-CoV-2, o virus que causa la COVID-19, secuestra a estos receptores de la
ECA2 en la membrana celular y los utiliza para entrar en las células. El virus
no solamente consigue entrar a través de la ECA2, sino que también se lleva a
esta proteína y así elimina una vía de señalización protectora que suele
contrarrestar el impacto negativo de la hormona angiotensina II, la cual aumenta
la presión arterial y conduce a retención de líquidos.
Durante el transcurso de
un estudio de casi 20 años y publicado en Mayo Clinic Proceedings, los
científicos analizaron muestras tisulares congeladas del músculo cardíaco de
106 pacientes sometidos a cirugía por miocardiopatía hipertrófica obstructiva.
En el grupo de control, se usó el tejido cardíaco de 39 corazones de donantes
sanos.
“Entre todas las
transcripciones de ARN del genoma humano completo, nuestro estudio reveló que
la única transcripción de ARN más regulada en el músculo cardíaco fue la ECA2.
De hecho, se confirmó que los niveles de la proteína ECA2 aumentaron cinco
veces en el músculo cardíaco de los pacientes con miocardiopatía hipertrófica
obstructiva. Esto demuestra la conexión y posiblemente explica por qué los
pacientes con ciertas enfermedades cardíacas obtienen resultados mucho peores
con la COVID-19”, asevera el doctor Michael Ackerman, cardiólogo genético - Director
del Laboratorio Genómico para Muerte Súbita “Windland Smith Rice” en Mayo
Clinic y autor experto del trabajo. El estudio contó con la participación de
investigadores nacionales e internacionales.
El siguiente paso consiste
en buscar otros niveles elevados de la ECA2, a través del análisis del tejido
cardíaco de pacientes fallecidos por hipertensión y otras enfermedades
cardíacas. Además, posiblemente se analice el tejido pulmonar de las víctimas
de COVID-19 para ver si los niveles de la ECA2 son mayores que en el tejido
pulmonar normal.
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