Se conoce como Esclerosis
Múltiple a una enfermedad crónica e inflamatoria que afecta el Sistema Nervioso
Central; comúnmente aparece en personas de 20 a 30 años[1] y se da casi tres
veces más en mujeres que en hombres.[2] Los síntomas pueden ser distintos en
cada persona, pero los más frecuentes son trastornos oculares, fatiga,
problemas de movilidad, pérdida de equilibrio, sensación de quemazón en zonas
corporales, cambios en el ritmo del habla y problemas de memoria a corto plazo,
entre otros.
Para comprender de mejor manera lo que sucede
en la Esclerosis Múltiple, es necesario saber cómo funciona el sistema nervioso
central. Una sustancia llamada mielina protege las fibras nerviosas del sistema
nervioso central, lo que ayuda a que los mensajes viajen rápida y suavemente
entre el cerebro y el resto del cuerpo.
En esta enfermedad, el sistema inmunológico,
que normalmente ayuda a combatir infecciones, confunde la mielina con un cuerpo
extraño y la ataca. Esto la daña las fibras nerviosas, dejando cicatrices
conocidas como lesiones o placas. Es este daño nervioso el que causa el aumento
de la discapacidad que puede darse con el tiempo.[1]
¿Cómo afecta el COVID-19 a las personas con
Esclerosis Múltiple?
Por lo general las personas con Esclerosis
Múltiple deben tener cuidados especiales para prevenir contagios de otras
enfermedades que puedan afectar aún más su calidad de vida, sin embargo, ante
esta pandemia las medidas de prevención son doblemente importantes por tratarse
de un padecimiento crónico.
La doctora Verónica Hernández, Director
Médico de Merck, indica que: “Pese a que
en algunos lugares ya se retornó a las actividades cotidianas, el virus sigue
siendo una amenaza latente, por lo que los pacientes con Esclerosis Múltiple
deben continuar con las medidas necesarias para evitar un contagio. Es
necesario que las recomendaciones dadas por las autoridades de salud se vuelvan
un hábito, como el lavado profundo de las manos usando un desinfectante a base
de alcohol o con agua y jabón”.
Investigaciones recientes de MS Society UK
sugieren que 3 de cada 5 personas con EM experimentan la soledad como resultado
directo de su condición y ahora
en cuarentena la situación se agudiza. Por
ello, para desafiar las barreras sociales que pueden conducir a al aislamiento.
Para Merck lo más importante son los
pacientes y seguirá siempre comprometida en ofrecer las mejores soluciones y
servicios para ser un compañero clave en la travesía de su caminar.
La Esclerosis Múltiple más común es la Recurrente
Remitente que afecta al 85% de los pacientes, quienes suelen sufrir ataques
o recaídas, durante las cuales aparecen nuevos síntomas o los que están se
agravan. Esto puede durar por períodos variables afectando por días o meses.
Otros tipos de la enfermedad son:
·
Primaria Progresiva: Provoca que los pacientes experimenten un empeoramiento de la función
neurológica desde la manifestación de los síntomas, sin ningún ciclo precoz de
recidiva/remisión. Afecta al 10% de las
personas diagnosticadas con Esclerosis Múltiple.
·
Secundaria Progresiva: El 60-70% de las personas con Esclerosis Múltiple
Recurrente Remitente llega a desarrollar un empeoramiento progresivo del
funcionamiento neurológico a lo largo del tiempo, con o sin evidencia de
actividad de la enfermedad.
Pese a que se han realizado múltiples estudios
sobre la enfermedad, actualmente no existe una cura, sin embargo, en
Merck existen tratamientos
disponibles
para ayudar a desacelerar el curso de la enfermedad como lo es Interferon Beta
1-a que está en el mercado desde hace más de 20 años y está indicado para EM
Remitente Recurrente; Así mismo, las
tabletas Cladribina, para EM Remitente Recurrente muy activa, que proveen
4 años de control de la enfermedad con solo 20 días de tratamiento en los
primeros 2 años.
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