Presidente Hernández en ceremonia de izada de la bandera: "Hemos visto héroes emerger desde cada rincón de Honduras”
El
presidente Juan Orlando Hernández alabó el pasado 01 de Septiembre, durante el
acto de izada y renovación del juramento a la Bandera Nacional, la labor de
miles de héroes hondureños que afrontan en primera línea la pandemia de
covid-19.
La
Bandera Nacional fue izada a media asta en honor de las víctimas de esa
enfermedad, pero también como símbolo de fortaleza y esperanza frente a la
emergencia sanitaria.
El
mandatario y su esposa Ana García de Hernández, junto al Gabinete de Gobierno,
participaron en la ceremonia solemne de izada, renovación del juramento a la
Bandera Nacional y entrega de nuevas banderas, celebrada en Casa Presidencial
en el inicio de las Fiestas Patrias en el marco conmemorativo del 199
aniversario de Independencia.
En
el acto participaron también la vicepresidenta del Congreso Nacional Gladys
Aurora López, así como el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rolando
Argueta.
También
fueron partícipes del evento el embajador de Nicaragua, Juan Ramón Gámez; el
embajador de Costa Rica, Mauricio Herrera Ulloa; la encargada de Negocios de la
embajada de Guatemala, Sandra Noriega, y la encargada de Negocios de la
embajada de El Salvador, Alba López.
La
ceremonia solemne se llevó a cabo bajo estrictas medidas de bioseguridad.
A
continuación el discurso del presidente Hernández:
Hermanos
hondureños y centroamericanos, que Dios bendiga a Honduras.
¡Viva
Honduras!
¡Viva
Centroamérica!
¡Viva
la Independencia!
Hoy
me siento orgulloso de estar iniciando nuestro mes patrio. El recorrido hasta
este momento no ha sido fácil y los retos por superar aún son múltiples. Sin
embargo, me siento orgulloso porque hemos llegado hasta aquí superando grandes
pruebas y desafiando los pronósticos desalentadores que se proyectaban para
estas fechas en el marco de esta pandemia.
Es
por lo que aquí estamos esta mañana con la frente en alto y el espíritu
fortalecido, honrando, este primero de septiembre, a nuestra hermosa Bandera
Nacional y convencidos que seguiremos adelante, con paso firme, como siempre hemos
sabido hacerlo los hondureños ante las adversidades.
Sé
que no llegamos a esos 2.8 millones de contagios que se pronosticaban, porque
desde mucho antes que la pandemia llegara a Honduras tomamos decisiones
drásticas, duras y difíciles que no siempre fueron comprendidas por todos.
Algunas
acertadas, y otras menos, pero que supimos corregir a tiempo y que hoy,
iniciando el mes de septiembre, le damos gracias a Dios que hemos logrado
salvar miles de vidas valiosas de nuestros compatriotas.
En
esta ocasión nuestra bandera no ondeara al frente de los desfiles públicos,
llenos de color, alegría y fervor al celebrar nuestras Fiestas Patrias. No la
veremos en manos de los más pequeños y los jóvenes desfilando con orgullo.
Pero
que eso no nos desanime. Hoy más que nunca reconozco que basta con respetarla,
honrarla, llevarla en el corazón y ser buenos ciudadanos para rendirle el
tributo que nuestra bandera merece el día de hoy y siempre.
Hoy
como nunca, la vida nos da esa gran lección que cada uno tiene un poder enorme
de hacer la diferencia, y por ello debemos honrar siempre la responsabilidad
colectiva que tenemos con cada uno de nuestros compatriotas y que tenemos como
miembros de una sociedad.
Siempre
he creído que las crisis sacan lo mejor o lo peor del ser humano y me siento
orgulloso de decir que, en nuestro país, sin duda hemos visto lo mejor de la
mayoría. Lo mejor de aquellos que día a día, sin descanso y con valentía,
arriesgan su vida por proteger la nuestra.
Hemos
visto héroes emerger desde cada rincón de nuestro país, ya sean médicos,
enfermeras, microbiólogos, trabajadores sociales, trabajadores en general del
sector salud, sacerdotes, pastores, maestros, padres de familia, agricultores,
empresarios, soldados, policías, bomberos, socorristas y tantos voluntarios que
de manera decidida han dado lo mejor de sí para servir a los demás.
A
estos héroes de Honduras, hoy les damos las gracias y en este mes de nuestro
aniversario de Independencia encontramos miles de razones para celebrar gracias
a todos.
El
día de hoy también quiero recordar y respetar la memoria de aquellos héroes
caídos, a cada uno de nuestros compatriotas que perdieron la vida en garras del
covid-19. Este poderoso enemigo nos ha arrebatado a muchos hondureños dejando
luto y dolor en las familias.
Entre
ellos, grandes profesionales de la salud que dieron su vida por salvar muchas
más, de policías y soldados que sin descanso sirvieron y cumplieron con su
deber hasta el último momento, de hijos, padres, hermanos y esposos. Hemos
perdido la vida de servidores públicos, de luchadores, empresarios y artistas.
En
honor a cada uno de ellos, en agradecimiento por sus servicios, en
reconocimiento de sus contribuciones y en memoria de sus vidas, hoy primero de
septiembre, Día de la Bandera Nacional de Honduras, izaremos nuestro pabellón
hasta media asta.
Tradicionalmente,
para muchos, ondear nuestra bandera a media asta es símbolo de luto y dolor.
Pero hoy espero sea símbolo de fortaleza y respeto al recordar el ejemplo de
vida que nos dio cada héroe caído.
Será
a media asta, pero provocando sentimientos de orgullo, fe y esperanza que
esperamos ver a nuestra bandera flameando en lo alto del cerro Juana Laínez,
desde cada edificio, en todos los hogares, y en el corazón de cada hondureño.
La
Bandera Nacional es la representación genuina de nuestra Honduras, sirviendo de
unión entre cada uno de sus hijos, sobre todo en estos momentos de dificultad
que hoy atravesamos. Su sola presencia debe servir para guiar y reunir a cada
hondureño.
Su
franja blanca al centro es símbolo del constante anhelo de paz que sé que
tenemos los hondureños y por eso estoy convencido que esta batalla que hoy
enfrentamos ante un enemigo invisible y aún desconocido, la vamos a ganar. La
vamos a ganar y seguiremos luchando juntos poniendo en práctica nuestros más
profundos sentimientos de patriotismo.
Vamos
a celebrar nuestro 199 aniversario de Independencia bajo una nueva realidad,
con sobriedad y respeto hacia las víctimas, pero confiados en que el valiente
espíritu catracho prevalecerá de la mano de Dios.
Ya
logramos superar esos pronósticos aterradores que decían que caeríamos de
rodillas con nuestro sistema de salud totalmente colapsado y la economía peor
que nunca; ahora, todos unidos con la frente en alto sacando la garra catracha
a seguir controlando esta pandemia y a reactivar nuestra economía. Porque de
esta terrible crisis los hondureños saldremos más fortalecidos que nunca.
Es
un honor para mí como presidente de la República participar en este acto
solemne rumbo al Bicentenario y dar ejemplo a nuestro pueblo, como un signo de
eterno amor a nuestra querida patria, Honduras.
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