El tomate le cambió la vida a
Óscar Roberto Salgado Amador, a su familia y a su comunidad. El cultivo, que
inició como una aventura para un joven que quería ganar unos lempiras más, se
convirtió en la principal actividad económica de un pequeño pueblo enclavado en
las montañas al oriente de Francisco Morazán. Y es que la aldea La Estancia del
municipio de San Antonio de Oriente huele a tomate. En cada sembradío está el
coraje, honestidad y disciplina de un hombre que luchó por alcanzar sus sueños.
En este pequeño poblado nació
y creció Óscar Roberto, hijo de una maestra y de un humilde agricultor. La vida
en el campo le enseñó a amar y cuidar la tierra y fue en medio de esas tierras
que surgió el sueño de convertirse en un gran productor de hortalizas.
No obstante, los recursos
económicos escaseaban y la tierra requería una inversión que en ese momento no
tenía. Por ello, siguiendo el ejemplo de
su madre, estudió magisterio en la escuela normal Pedro Nufio de Tegucigalpa, y
aferrado a su sueño, tomó todas las clases optativas que estuvieran vinculadas
a la agropecuaria para ampliar sus conocimientos en el rubro.
Su primera cosecha
Se graduó de maestro y de
inmediato consiguió una plaza en un centro educativo de su comunidad, ahorró
cada lempira de sus primeros tres meses de salario y con ello decidió que era
tiempo de comenzar a darle forma a su sueño.
“Contraté dos trabajadores
para que me ayudaran porque yo estaba dando clases, pero en cuanto terminaba mi
jornada me iba al campo a trabajar, decidí sembrar tomate porque era el cultivo
del que más conocimiento tenía, logré sacar una buena cosecha, así que renté un
carro para ir a vender a los mercados de Tegucigalpa, no fue una gran ganancia
pero esa experiencia me sirvió para agarrar impulso”, relata Óscar Roberto.
Fue en el año 2007, cuando
estaba por sacar una cosecha de tomate manzano, que uno de sus parientes lo
puso en contacto con un proveedor de Walmart. “Era un ingeniero que vino a ver
mi cosecha, me dijo que era un muy buen producto y él me recomendó con la
empresa”, recuerda.
En menos de un mes, un equipo
de ejecutivos de Walmart llegó hasta la aldea La Estancia para conocer el
trabajo de los agricultores de la zona. Fue en ese momento que Óscar Roberto
conoció sobre Tierra Fértil, un programa que trabaja con pequeños y medianos
productores agrícolas, que asegura prácticas agrícolas sostenibles con el medio
ambiente y que busca asegurarle acceso a un mercado seguro.
“Me brindaron asesoría técnica
y me orientaron en el uso de equipo y compra de insumos, lo que más me
impresionó fue el trato que nos brindaron, con respeto por nuestro trabajo y
sobre todo ofreciendo un precio justo, ya que este ese momento mi experiencia
solo era en el mercado informal, donde le pagan a uno el precio que quieren por
el producto”.
La oportunidad de su vida
Ese día se abrió una nueva
etapa en la vida de Óscar Roberto, quien inició como proveedor de tomate pera,
tomate manzano y lechuga para Walmart durante cuatro meses al año, con una
entrega semanal de 2,500 a 3,000 libras.
La calidad de su producto le
abrió nuevas puertas, para el año 2009 Walmart le dio la oportunidad de
aumentar su rubro de producción. Óscar Roberto quedó como proveedor permanente
y sus entregas fueron aumentadas a cantidades que hubiesen sido inimaginables
para el pequeño productor.
“Fue una gran oportunidad y a
la vez un gran desafío, por las limitaciones económicas, por la escasez de agua
en la zona y por la falta de tierra, pero al final se convirtió en la mejor
oportunidad de mi vida”, afirma Óscar Roberto.
Tierra Fértil cambiando vidas
Lynda Marín, subgerente de
Asuntos Corporativos de Walmart Honduras, destacó que “además de la compra
directa al agricultor, a través del programa Tierra Fértil, Walmart
Centroamérica brinda asesoría técnica permanente en temas como calidad de
semillas, rotación de cultivos, manejo post-cosecha, uso responsable de
agroquímicos y del recurso del agua, Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas
Prácticas de Manufactura (BPM) y en temas relacionados con administración y
finanzas básicas”.
Los productores también
reciben información sobre precios y variaciones de la demanda. Se ofrece un
mercado seguro, precios competitivos, pago oportuno y mayores ingresos.
“Impulsado por Tierra Fértil,
aumenté mi inversión y me vi en la necesidad de rentar tierras, invertí en
cosechadoras de agua y el sacrificio tuvo su recompensa, para el año 2014, mi
cobertura de producción aumentó considerablemente de 25 mil a 30 mil libras de
tomate pera y de 12,500 a 15,000 libras de tomate manzano por semana”, relata
con orgullo el productor.
El trabajo en el campo se
multiplicó y actualmente son más de 70 personas que laboran junto a Óscar
Roberto para sacar la producción de tomate y lechuga todos los meses del año,
producto fresco y de gran calidad que termina en la mesa de miles de
consumidores.
“Mi producto se diferencia por
la calidad, tamaño, dureza, contextura, pero sobre todo por la honestidad, aquí
hay mucha pasión, mucha entrega y sobre todo una rigurosa disciplina, porque
este trabajo es de todos los días del año, y el primero en dar el ejemplo soy
yo, de lo contrario no hay éxito” afirma.
De agricultor a empresario
A la fecha, Óscar Roberto ha
logrado comprar más de 40 manzanas de tierra, las que destina para el cultivo,
ha logrado construir 13 cosechadoras de agua y montar todo lo requerido para la
cosecha del producto que entrega en su propia flota de transporte.
“Ser un proveedor de Walmart
es una de las mayores bendiciones de mi vida, porque además de ayudarme a
construir un patrimonio, ha venido a levantar la economía de pueblo, ya que hay
una fuente de empleo permanente para el sostén de más de 100 familias, uno de
mis mayores orgullos es ver a mi pueblo transformado”, expresa el productor.
A sus 39 años, Óscar Roberto
afirma que su objetivo es continuar esforzándose por cosechar un producto de
gran calidad, y que un día sus hijos continúen con su pasión por la tierra, en
el rubro del cultivo, ayudando a su familia, a su pueblo y a su país.
“En Walmart no solo encontré
una empresa que me pagara un precio justo por mi producto, en ellos encontré el
apoyo para crecer como empresario, me motivaron y formaron, y actualmente estoy
en proceso de constituir mi empresa, gracias a ese impulso he logrado construir
un patrimonio para mi familia, por eso siempre digo que Walmart es una de las
mayores bendiciones de mi vida”, recalca el proveedor, uno de los casos de
éxito del programa Tierra Fértil.
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